Crisis Financiera, Parte I

with No hay comentarios

Seguimos escuchando noticias de los efectos de la crisis económica que enfrenta nuestra Isla.  El pasado domingo, 23 de julio, la portada principal de El Nuevo Día leía, “La odisea de quedarse sin techo”, noticia en la cual se relataba la historia de  Ide y  su  larga y angustiosa lucha para evitar perder el hogar en el que ha residido por más de 40 años.  Su testimonio representa la realidad de miles de familias que están en medio de procesos judiciales y referidos para ejecución, por no poder pagar sus hipotecas. De acuerdo a este artículo, la crisis  de las ejecuciones hipotecarias continua creciendo a paso rápido y  no da indicios de disminuir en un futuro cercano, pues hasta la fecha la economía tampoco da señales de restablecimiento.

Pudiera abordar esta noticia desde muchos ángulos, pero decido preguntarme, ante un panorama tan sombrío como éste, que podemos hacer?

Entonces vienen a mi mente tantas ideas, algunas racionales, otras emocionales y otras simplemente son locuras.  Si, pues ante la desesperación de la pérdida de un empleo, deudas que no se pueden cumplir, un gobierno incapaz de gobernar, una sociedad que incita a medir el valor del ser humano a base de sus posesiones materiales, habrán muchos que verán como su única salida, tomar decisiones que otros consideraríamos una locura.

Sin embargo, me obligo a pensar en soluciones que sean buenas para mí no sólo hoy, sino también mañana.  Soluciones que también le sirvan a otros porque todos tenemos que ajustarnos a la realidad que estamos viviendo, a esta nueva realidad.

Vuelvo y me pregunto, cuántas de esas personas que han perdido sus hogares o están a punto de hacerlo, se imaginaron que podrían pasar por  algo así?  Supongo que ninguna.

Así que propongo asumir un rol proactivo no reactivo.  No podemos esperar a estarnos ahogando para recordar que no sabemos nadar.  Es mejor, desde el principio entrar al agua con el salvavidas puesto.

Aquí 10 formas en las que te puedes poner el salvavidas:

  1. Utiliza tus recursos económicos de hoy, para tomar acciones financieras que te puedan beneficiar mañana. Edúcate sobre cómo maximizar tus ingresos y reducir tus deudas.
  2. Haz un inventario de tus talentos, habilidades y explora si alguno de ellos puede convertirse en una fuente de ingreso adicional. Si una disminuye, tendrás otra que seguirá generando.
  3. Evita el consumismo desmedido. Controla los gastos innecesarios.
  4. Incorpora una disciplina de ahorro. Ahorra un 10% de tu ingresos de forma automática.
  5. Adopta un estilo de vida más simple y siéntete bien por ello. Tu valor no depende de tus posesiones.
  6. Cuida tu salud y tu alimentación. Ejercítate. Con salud, ahorras en visitas al médico y medicamentos y tendrás energía para reinventarte.
  7. Crea un fondo de emergencia. Es el dinero de cubrir los “gastos inesperados”.
  8. Comunícate inmediatamente con los acreedores si tu situación financiera ha cambiado o cambiará. Todo a tiempo, tiene solución.
  9. Internaliza que tu situación económica hoy, puede cambiar mañana. No te enajenes a la realidad. Teniendo plena consciencia de lo que sucede a nuestro alrededor, podemos prepararnos mejor.
  10. Cultiva la espiritualidad. Medita, ora, lee cosas que nutran tu espíritu y te ayuden a ser un mejor ser humano.  Se toman mejores decisiones, cuando estamos centrados y confiados en Dios.

Esta noticia y todas las demás estadísticas que se mencionan en la misma, nos obligan a mirar la crisis económica desde un lente familiar, con el que nos podemos identificar.  Nos traslada de la  mesa de negociación de la Junta de Supervisión Fiscal a la mesa de una familia puertorriqueña que está sufriendo.  Y nos expone a la realidad de que es hora de hacer ajustes y tomar el control de nuestras finanzas personales.

Carmen O. Figueroa Cátala
Consejera Financiera
Strategyx 

Follow Tere Beard:

Health Coach & Pranic Healer

Ver perfil Tere Beard es Ingeniera Industrial y está graduada como Coach de salud del Institute for Integrative Nutrition® (IIN®) y certificada como sanadora pránica del Pranic Healing Center.  Es autora del libro, Todo lo malo es bueno, tu evolución hacia una vida armoniosa.